¿Qué es la radioterapia para el cáncer de mama?
En este artículo te puedes informar de:
La siguiente información explica la radioterapia para las personas con cáncer de mama primario, es decir, que no se ha extendido a otras partes del cuerpo.
La radioterapia es un tratamiento para el cáncer que usa rayos X de alta frecuencia cuidadosamente medidos y controlados.
En el cáncer de mama primario, tiene como objetivo destruir cualquier célula cancerosa que pueda quedar en el área de la mama después de la cirugía.
La radioterapia para el cáncer de mama tiene su mayor efecto sobre las células cancerosas, pero también afecta al tejido sano en el área que se está tratando; sin embargo, ésta puede por norma general recuperarse y repararse a sí misma.
La dosis total que recibe se divide en un ciclo de tratamientos pequeños (llamados fracciones), que generalmente se administran diariamente durante algunas semanas. La unidad de dosis se llama Gy. Por ejemplo, se puede dar un total de 40Gy en 15 fracciones durante 15 días hábiles (de lunes a viernes).
El hecho de que te recomienden la radioterapia dependerá de tu situación individual. Es posible que no se pueda aplicar radioterapia si padeces una afección médica que te haga especialmente sensible a los efectos o si estás embarazada.
¿Cómo se administra la radioterapia para el cáncer de mama?
La radioterapia es un tratamiento especializado y no está disponible en todos los hospitales. Sin embargo, cada unidad de mama está vinculada a un hospital que cuenta con un departamento de radioterapia en el que se hará el tratamiento de forma ambulatoria.
La radioterapia se lleva a cabo por radiólogos terapéuticos (personas capacitadas para administrar radioterapia). La mayoría de los centros cuentan con radiólogos hombres y mujeres; si prefieres ser tratada por una radióloga, habla con tu oncólogo o enfermera antes de concretar tu cita.
Radioterapia de irradiación externa
La radioterapia de irradiación externa es el tipo más común de radioterapia utilizada para tratar el cáncer de mama primario. Los rayos X son administrados por una máquina llamada acelerador lineal (linac) con la radiación dirigida al cuerpo a través de la piel.
Radioterapia de intensidad modulada (IMRT)
La radioterapia de intensidad modulada (IMRT) es otra forma de administrar radioterapia de irradiación externa.
Con IMRT, la intensidad del rayo de radiación varía (se modula), lo que permite administrar diferentes cantidades de radiación a diferentes áreas de tratamiento. Esto promueve que las células sanas estén menos expuestas a la radiación.
La IMRT puede ser administrada por diferentes tipos de máquina: una máquina de radioterapia estándar (linac), una máquina TomoTherapy con un escáner incorporado o una máquina de radioterapia de arco modulada volumétrica (VMAT).
Los rayos X con radioterapia de irradiación externa e IMRT no hacen que tu cuerpo sea radiactivo, por lo que cuando sales de la sala de tratamiento puedes interactuar de forma segura con otras personas, incluidos los niños.
Control respiratorio (técnica de retención de la respiración)
El control respiratorio implica tomar una respiración profunda y sostenerla por un breve tiempo. Se realiza tanto en la cita de planificación del tratamiento como en cada cita de tratamiento con radioterapia externa.
El propósito del control respiratorio es ayudar a proteger al corazón de ser afectado por la radioterapia administrada al lado izquierdo. El corazón está ubicado en el lado izquierdo del cuerpo y el uso de una técnica de retención de la respiración puede ayudar a proteger los tejidos sanos debajo de los senos, reduciendo las posibilidades de efectos secundarios a largo plazo, como las enfermedades cardíacas.
Se evaluará tu necesidad de bloqueo y las sencillas instrucciones de entrenamiento te ayudarán a mantener una respiración adecuada. No es necesario que todas las personas que son radiadas en el lado izquierdo utilicen este método, y hay otras maneras de proteger tu corazón. Pídele a tu especialista que te explique los métodos existentes.
Otras formas de administrar radioterapia para el cáncer de mama
Los avances en el tratamiento de radioterapia para el cáncer de mama se están haciendo efectivos como resultado de los ensayos clínicos, que analizan las diferentes formas de administrar el tratamiento mientras se minimizan los efectos secundarios. Los siguientes tipos de radioterapia se usan con menos frecuencia y no están ampliamente disponibles, pero puedes pedirle información al respecto a tu oncólogo.
Braquiterapia
La braquiterapia consiste en colocar la fuente de radiación dentro del cuerpo en el área a tratar. Generalmente, solo se administra como parte de un ensayo clínico. Se colocan tubos huecos y estrechos o un globo pequeño en el cuerpo donde se extrajo el tejido mamario. Luego, se insertan cables radiactivos a través de los tubos o dentro del globo. Los cables radiactivos pueden dejarse en su lugar durante unos días o insertarse durante un corto período de tiempo cada día. Dependiendo del tipo de braquiterapia que tengas, es posible que necesites recibir el tratamiento estando ingresada y que te mantengan en una habitación individual por un breve tiempo debido a la radiación. Si la braquiterapia es una opción, tu oncólogo analizará la situación contigo.
Radioterapia intraoperatoria
Otro método para administrar radioterapia interna es la radioterapia intraoperatoria. Esta técnica aún no está en uso en todos los hospitales y no es adecuada para todas. En lugar de utilizar rayos X de alta radiación dirigidos desde el exterior del cuerpo, este tipo de tratamiento utiliza rayos X de baja energía administrados desde una máquina en el quirófano durante la cirugía conservadora de la mama. La radioterapia se administra directamente en el área interna donde estaba el cáncer, una vez que se ha eliminado. Por lo general, se administra una sola dosis de radiación en un tratamiento, pero puede ser necesario administrar un ciclo corto de radioterapia externa al resto del seno.
¿Qué áreas son tratadas?
Al decidir qué áreas tratar, tu equipo de especialistas considerará factores como la ubicación, el grado, el tamaño y la etapa del cáncer.
La mama
Si te sometiste a una escisión local amplia o una tumorectomía (cirugía conservadora de la mama) para un cáncer de mama no invasivo o invasivo, generalmente se te aplicarán radioterapia en el tejido mamario restante de ese lado.
La pared del pecho
Si te sometiste a una mastectomía (extirpación completa del seno) por un cáncer de mama invasivo, es posible que tu especialista te recomiende radioterapia en la pared del tórax. Esto puede ser porque:
- El cáncer estaba cerca de la pared del tórax o en las profundidades del tejido mamario
- Existe un alto riesgo de que las células cancerosas se hayan quedado atrás
- Las células cancerosas se encuentran en los ganglios linfáticos (glándulas) debajo del brazo (en la axila).
Refuerzo en el pecho
Tu especialista puede recomendar un refuerzo adicional de radioterapia en el área donde se eliminó el cáncer de mama invasivo.
Debajo del brazo
La radioterapia también se puede administrar a los ganglios linfáticos de debajo del brazo, ya sea como opción a la cirugía o después de una biopsia del ganglio centinela que muestra que hay células cancerosas en estos.
El cuello y la clavícula
Tu especialista también puede recomendar radioterapia en los ganglios linfáticos de la parte inferior del cuello, alrededor de la clavícula (llamada fosa supraclavicular o ganglios SCF), en el lado donde se realizó la cirugía. Esto dependerá del grado y tamaño del cáncer invasivo y de si los ganglios linfáticos de debajo del brazo contienen células cancerosas.
El esternón
A veces, también se puede administrar radioterapia al esternón para tratar los ganglios linfáticos de esa área (conocidos como nódulos linfáticos mamarios internos). Si te recomiendan esta opción, tu especialista te explicará por qué.
Radioterapia y reconstrucción mamaria
Muchas mujeres se plantean la reconstrucción mamaria después de la mastectomía. Esto se puede hacer al mismo tiempo que una mastectomía (reconstrucción inmediata) o en una fecha posterior (reconstrucción retrasada). La radioterapia puede afectar la elasticidad y la calidad de la piel sobre el área que se trata. Por esta razón, el hecho de que te vayas a someter a radioterapia puede afectar al momento y el tipo de reconstrucción adecuada para ti.
¿Cuándo comenzará la radioterapia?
La radioterapia para el cáncer de mama primario se administra después de la cirugía. Si te sometes a quimioterapia (tratamiento destinado a destruir células cancerosas que usa medicamentos contra el cáncer) después de la cirugía, la radioterapia generalmente se administra al final de la quimioterapia.
Existen pautas que recomiendan no tener que esperar más de 31 días entre la cirugía o el final de la quimioterapia y el comienzo de la radioterapia. Sin embargo, no es inusual esperar un poco más de esto. La radioterapia también se puede retrasar por un motivo médico, como esperar a que cicatrice una herida quirúrgica. Tu especialista o enfermera te dirá cuándo es el momento conveniente para comenzar la radioterapia.
Primero verás al especialista en el ambulatorio para hablar sobre tu tratamiento. Luego concierta una cita para planificar el tratamiento. Puedes aprovechar cualquiera de estos momentos para preguntar a tu equipo de especialistas las dudas que te surjan.
Las pautas pueden variar según las recomendaciones locales o tu situación personal. Es posible que recibas el tratamiento todos los días durante cinco días a la semana (de lunes a viernes) durante tres semanas. Aunque también puede ocurrir que recibas la radiación con una dosis diaria más pequeña durante un período de tiempo más prolongado. Tu oncólogo decidirá cuál es el método más efectivo.
Siempre que sea posible, tus citas se organizarán para una hora similar cada día para que pueda establecerse en una rutina. Es importante que el tratamiento continúe según lo planificado y que no pierdas ninguna cita, ya que esto puede hacer que el tratamiento sea menos efectivo.
Otras drogas
Es importante que informes a tu especialista sobre cualquier medicamento que estés tomando o que estés considerando tomar. Esto incluye suplementos de vitaminas y minerales. Debido a la incertidumbre sobre cuán seguro es tomar vitaminas, particularmente altas dosis de antioxidantes (incluyendo vitaminas A, C y E, Coenzima Q10 y selenio), durante la radioterapia, muchos especialistas recomiendan evitarlas.
Si estás tomando terapia hormonal y teniendo radioterapia
En el pasado, ha habido pruebas contradictorias sobre si es mejor comenzar la terapia hormonal al mismo tiempo que la radioterapia o después de la radioterapia. Sin embargo, la evidencia reciente ha demostrado que el orden de los tratamientos no importa. Tu especialista considerará una serie de cosas cuando decida cuándo comenzar la terapia hormonal, incluidos otros tratamientos que puedas haber seguido o que sigas actualmente, y cualquier efecto secundario consecuente.
Planificación del tratamiento
La planificación precisa del tratamiento ayuda a minimizar los efectos secundarios de la radioterapia, al tiempo que se focaliza con precisión al área de tratamiento. Se tiene especial cuidado en tratar de evitar la radioterapia innecesaria en los tejidos del corazón y los pulmones, y evitar tratar las mismas áreas más de una vez cuando se usan diferentes ángulos para administrar la radioterapia.
Es necesario planificar el tratamiento antes de su recibir radioterapia para identificar el área exacta a tratar y la dosis más efectiva de radiación.
Varias personas participarán en la planificación de tu tratamiento, que incluye:
- Tu oncólogo o un miembro de su equipo
- Un radiólogo terapéutico
- Un físico de radiación (especialista en la medición de radiación).
Analizarán cuidadosamente tu situación individual antes de elaborar un plan de tratamiento específico.
La planificación del tratamiento generalmente se realiza mediante un escáner CT (tomografía computarizada). Un escáner CT toma imágenes de rayos X para producir un modelo 3D detallado de ti. Esto significa que tu equipo puede planificar el área exacta a tratar mientras limita la cantidad de radiación a los tejidos circundantes. Este escaneo es solo para planear el tratamiento, no para otras evaluaciones.
Dependiendo del tipo de equipo utilizado, la sesión de planificación tardará entre 15 minutos y una hora. Tendrás que permanecer muy quieta y sostienes el brazo del lado a tratar por encima de la cabeza. En algunas unidades te podrían pedir que levantes ambos brazos, aunque solo recibirás tratamiento en el lado donde estaba el cáncer.
Es importante que hayas recuperado el movimiento de tu brazo después de la cirugía y que puedas levantar cómodamente los brazos por encima de la cabeza antes de comenzar, de manera que se pueda administrar tratamiento en todo el área del pecho o el tórax. Si esto te cuesta, habla con tu enfermera o solicita ver al fisioterapeuta, que podrá aconsejarte sobre ejercicios con los brazos para mejorar el movimiento de estos.
Cuando se ha decidido el área exacta del tratamiento, es importante tener un registro del área para ayudar a ubicarla con precisión para cada tratamiento. Para hacer esto, te harán marcas de tinta permanentes (tatuajes) en la piel para mostrar dónde está. Por lo general, se realiza haciendo puntos muy pequeños (generalmente tres) con un pinchazo de tinta. Si esto te preocupa, pregúntale a tu radiólogo terapéutico si hay otras opciones disponibles.
Algunas mujeres prefieren que les quiten sus tatuajes de radioterapia después de terminar su tratamiento. Deberás consultar con tu especialista, ya que la eliminación de tatuajes no está habitualmente disponible en la Seguridad Social y los resultados pueden variar.
Una vez que se completa la planificación y el marcado, tu radiólogo coordinará contigo la fecha de tu primer tratamiento.
¿Qué sucede durante el tratamiento?
Cuando vayas a recibir tratamiento, se te pedirá que te acuestes en la camilla con tu (s) brazo (s) por encima de la cabeza. Si usas una bata, el radiólogo terapéutico la ajustará para exponer el área a tratar. Te ayudarán a colocarte con cuidado, de modo que cada vez que recibas el tratamiento te encontrarás exactamente en la misma posición que tenías durante la planificación del tratamiento.
Se te pedirá que permanezcas inmóvil durante el proceso, pero puedes respirar normalmente. Si la radiación se hace sobre las vías respiratorias, tu técnico radiólogo te dirá cómo y cuándo contener la respiración.
La radiación para el tratamiento de la mama o la pared torácica generalmente se dirige desde diferentes ángulos. El radiólogo responsable de tu tratamiento colocará la máquina en cada ángulo según sea necesario. La máquina puede acercarse bastante a ti e incluso tocarte. Sin embargo, no sentirás ninguna sensación durante este tiempo, aunque puedas sentirte un poco incómoda al permanecer en determinada posición durante la radiación.
El tratamiento tardará solo unos minutos. Los aceleradores lineales (linac) emiten un zumbido mientras están en funcionamiento. Aunque te dejarán sola en la habitación, los radiólogos mirarán a través de una ventana o en un monitor. La mayoría de los departamentos de radioterapia también tienen un sistema de intercomunicación para que tu y los radiólogos podáis hablar entre vosotros.
Si vas a recibir un refuerzo de radioterapia, por lo general se administrará al final del tratamiento, normalmente de cinco a ocho sesiones adicionales en un tipo diferente de máquina.
Si tienes IMRT (radioterapia de intensidad modulada), el refuerzo puede administrarse planificando la radioterapia para administrar una dosis más alta en esta área durante el tratamiento.
Los radiólogos que te atienden verificarán tu estado de salud antes de cada tratamiento. También pueden responder tus preguntas, aconsejarte sobre los efectos secundarios que puedas tener y concertar una cita con tu especialista o enfermera si es necesario. También tendrás la posibilidad de programar citas para ver a tu especialista encargado de ti durante el tratamiento de radiología para que puedas hacer preguntas y discutir cualquier inquietud.
Preguntas que puede hacerle a su equipo de especialistas
Aquí hay algunas sugerencias para preguntas que es útil que realices a los radiólogos encargados de tu caso:
- ¿Por qué me recomiendan la radioterapia?
- ¿Cuáles son los beneficios y riesgos?
- ¿Cuáles son los efectos secundarios?
- ¿Hay algún otro tratamiento alternativo o complementario?
- ¿Qué área (s) serán tratadas?
- ¿Cuánto tiempo tardará la radioterapia y con qué frecuencia se administrará cada tratamiento?
- ¿Cuánto tiempo tendré que esperar antes de comenzar el tratamiento?
- ¿La radioterapia afectará a mi pecho reconstruido o a mis opciones para la reconstrucción mamaria en el futuro?
- ¿Cuál es mi riesgo de linfedema (hinchazón del brazo, mano o pecho / área del pecho)?
- ¿Hay algún ensayo clínico para radioterapia en el que pueda participar?
Llegar y salir de citas
La mayoría de las personas se sienten capaces de conducir antes y después de sus citas de radioterapia. Ya sea que conduzcas para acudir o utilices el transporte público, viajar a tu tratamiento varias veces a la semana puede ser caro, pero es posible que existan ayudas para sobrellevarlo.
Consulta con tu equipo de radiólogos tus dificultades económicas para acudir a las citas. Te informarán sobre qué tipo de ayudas puedes solicitar para que te cubran el transporte y poder obtener tu tratamiento.
Efectos secundarios de la radioterapia
Todo el mundo reacciona de manera diferente a la radioterapia, pero ciertos efectos secundarios son más comunes que otros. Aunque la mayoría de los efectos secundarios son temporales, algunos pueden ser permanentes y algunos pueden aparecer meses o incluso años después de que termine el tratamiento.
Los efectos más comunes son:
- Enrojecimiento de la piel de la zona radiada.
- Piel sensible, seca, con picazón y dolorida. Pueden aparecer ampollas.
- Piel pelada o escamada.
- Pérdida del vello en el lugar radiado.
- Cansancio y fatiga.
- Linfedema (hinchazón del brazo, la mano o el área del pecho)
Hacer frente al tratamiento
Cuando te dicen que necesitas radioterapia experimentarás muchas emociones. Hay personas se sienten positivas y seguras sabiendo que se está haciendo todo lo posible para tratar su cáncer de mama. Algunas personas se sienten asustadas o tienen dificultades para adaptarse a lo que les está sucediendo y pueden estar preocupadas por su tratamiento. El miedo a lo desconocido es común, por lo que descubrir lo más posible sobre tu radioterapia puede ayudarte a sobrellevarlo mejor.
Muchos centros tienen horarios en los que se puede visitar el departamento de radioterapia de antemano para saber qué esperar. Puedes preguntarle a tu oncólogo para saber si tu centro organiza estas visitas y cómo acceder a ellas.
Si te sientes débil, cansada o ansiosa en cualquier momento durante o después de tu tratamiento, recuerda que hay personas que pueden ayudarte. Cuéntale tu estado a tu oncólogo y compártelo también con amigos y familia.
Después de finalizar el tratamiento
Una vez que haya terminado el tratamiento, puede llevarte algún tiempo regresar a tu rutina diaria. Trata de no esperar demasiado de ti misma en los primeros días y semanas después de tu tratamiento y date tiempo para recuperar tu fortaleza. Puedes continuar sintiéndose cansada durante algún tiempo, pero gradualmente comenzarás a sentirse mejor. Para algunas personas, esto puede prolongarse varios meses y, a veces más.
Para muchas personas, la radioterapia es el último tratamiento que recibirán en el hospital y el objetivo final en el que se enfocan, y llegar allí puede parecer un progreso real. Para otras la sensación al terminar es la de aislamiento o soledad. Si te sientes así busca ayuda. Pregunta en el hospital o ambulatorio por los grupos de apoyo, existen en todas las comunidades.
https://www.breastcancercare.org.uk/information-support/facing-breast-cancer/going-through-breast-cancer-treatment/radiotherapy-primary

